“Entre
nosotros hay pensamientos distintos e, incluso, diferencias, pero la
CELAC ha surgido sobre el acervo de doscientos años de lucha por la
independencia y se basa en una profunda comunidad de objetivos. No es la
CELAC, por tanto, una sucesión de meras reuniones ni coincidencias
pragmáticas, sino una visión común de la Patria Grande latinoamericana y
Caribeña que solo se debe a sus pueblos”.
(Raúl Castro - CELAC – Santiago de Chile – Enero 2,013)
En Latinoamérica y el Caribe los tratados asimétricos propia de
las recetas fondomonetaristas, que ahora los propios centros de poder
se imponen a sí mismos, contribuyeron fuertemente a profundizar el
modelo económico basado en la exportación de materias primas, el
sacrificio del mercado interno en aras del fomento de las exportaciones
de bienes básicos, y dar garantías a las multinacionales para que
inviertan en contra de la propia inclusión social de los pueblos de ésta
patria grande.
Las consecuencias: “reprimarización” de la economía, deterioro
de la producción local que es sacrificada por la producción del
extranjero, pérdida de la soberanía alimentaria, abusos y excesivos
beneficios para las transnacionales, estados
–ávidos de renta- siguen promoviendo esas inversiones a costa del medio
ambiente, a costa de los pueblos indígenas, a costa de los derechos humanos, incremento
de la desigualdad social, deterioro de las capas bajas, grandes
migraciones internas e internacionales; y, concentración de la riqueza
en manos de unos pocos monopolios y oligopolios.
El siglo XXI encuentra a los EE.UU. y Europa en crisis estructural con sus paradigmas neoliberales, sin rumbo en el escenario mundial; necesitando urgentemente colocar sus capitales en una América
Latina y el Caribe que no quiere ser más patio trasero del poder
mundial. Ellos deberían ser nuestros socios en la apuesta por una América Latina post extractiva.
Luego de la crisis del agotamiento del Consenso de Washington,
se inicia el camino hacia una definición de nuestra identidad y plantear
una nueva agenda Latinoamericana y del Caribe de inclusión al siglo
XXI.
Definiendo nuestra identidad
La
realidad latinoamericana y del Caribe está viviendo un momento
especialmente definitivo, en su crecimiento, su formación y su
definición final. Esto obliga a todos, a los líderes, a las personas, a
los intelectuales, a cada uno de los miembros de la sociedad de nuestra
región a hacer un verdadero y real ejercicio de la democracia,
justamente cuando es la falta de democracia, lo que ha faltado durante
sus 200 años de vida “independiente”.
El latinoamericanismo de la Patria Grande, nos otorga
autoconciencia totalizante hacia políticas de integración, que necesitan
de un pensamiento político racionalizado de este proceso, para
responder con eficacia a los desafíos y las oportunidades que plantea el
sistema mundial el siglo XXI.
América Latina, resurge ante la sorpresa e incertidumbre
estratégica en esta era de polaridades difusas, hacia una multipolaridad
luego del fracaso militarista norteamericano -no definitivamente enterrado,
pero si en grave crisis-. Resurge como una potencia alimentaria,
acuífera, energética, en recursos naturales, biodiversidad. y en un
clima de llevar a su máximo horizonte estratégico el mandato de una
nueva arquitectura financiera mundial.
El reto continua según Ángel Guerra Cabrera:
“La cumbre de Santiago muestra una CELAC en trance de consolidarse que
inspira justificado optimismo aunque sería ingenuo suponer que estará
exenta de escollos. Los sectores burgueses más entreguistas en cada país
harán todo lo posible por poner palos en la rueda. Estados Unidos
intentará aprovechar las evidentes diferencias de criterio en su
interior para dividirla.
“En la
organización están los países de la ALBA, así como Argentina, Brasil y
Uruguay, -que se oponen al libre comercio- y están México, Colombia,
Perú y Chile, agrupados en la “Alianza Pacífico”, que persisten por
ahora en esa fórmula fracasada y socialmente ruinosa. Sin embargo,
ambos grupos están demostrando la capacidad de trabajar juntos
enfatizando en lo que los une y no en lo que los separa”.
Agenda soberana
El tema de los acuerdos de libre comercio otra vez estuvo sobre
la mesa de los debates en la Cumbre Unión Europea (UE) y la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se desarrolló en
Santiago de Chile el 26 y 27 de enero 2,013. Pero lo que antes parecía
increíble ha sucedido, la posta de la conducción de la CELAC lo tiene el Raúl Castro de Cuba, es momento de luchar por el desbloqueo ignominioso.
Se impone la agenda de recuperar el estado y la acción política
por encima de las finanzas; recrear una democracia social que vaya más
allá de la partidocracia; relanzar la economía nacional con inclusión
social y equidad; promover la igualdad de oportunidades desde la
educación; potencializar los procesos de integración de MERCOSUR y
Comunidad Andina de Naciones (CAN) con el nacimiento de UNASUR, y con
esta el nacimiento del “Consejo Sudamericano de Defensa” y del “Consejo
de Economía y Finanzas”.
Una
agenda post extractiva de inversiones en nuestra región,
contendría: soberanía en nuestros recursos naturales; pagar los
impuestos que corresponden a tiempos de ganancias extraordinarias;
irrestricto respeto a los derechos humanos;
consulta previa, libre e informada; procesos participativos de
zonificación y ordenamiento territorial; respetar los derechos laborales
de los trabajadores; pagar impuestos a las sobre ganancias;
planificarse en el tiempo para evitar bruscos deterioros de términos de
tasa de cambio; incrementar el contenido local de sus compras de bienes y
servicios; aportar a la diversificación económica; basarse en una
matriz energética limpia; recuperar la democracia plena, y el
fortalecimiento de la institucionalidad de los Estados nacionales.
Colofón
Necesitamos, renacer como nuevo y necesario punto de encuentro,
en la necesidad perentoria de establecer un “patriotismo superior”,
ante la imposibilidad de nuestros estados insulares y fragmentados, por
lo que nuestro pensamiento más que una evocación, adquiere hoy en
latinoamérica y el caribe, la contemporaneidad geoestratégica vital,
como reto a construir.
Aquí hay retos complejos e inminentes, porque grandes y
urgentes son los desafíos que tienen las sociedades latinoamericanas, es
hoy a mas de 500 ños de la “conquista y colonización”, un desafío
misional que está marcado por dos elementos fundamentales: su inserción
en el siglo XXI y su identidad latinoamericana y caribeña.
El peso de la historia en el marco del “Bicentenario de la Independencia de América”,
nos obliga a desarrollar los conceptos de integridad, pluriculturalidad
y problemática agraria. El nuevo escenario continental de América
latina en el siglo XXI, nos obliga a un análisis sobre el papel del
Imperio en nuestro tiempo y la imperiosa necesidad de poner la fuerza de
las ideas en la lucha de nuestros pueblos multiétnicos.
Ubaldo Tejada Guerrero – Analista Global.
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